No, todavía no ha llegado el momento de tener un flamante asistente como los que se pueden ver en la película «Yo, robot». Aunque estamos cerca…
Por si no lo sabías, Japón nos lleva mucha delantera en esto, siendo un país preocupado por su gente mayor, que cada día se está convirtiendo en un problema mayor debido a la longevidad de su gente. Muchos mayores no tienen la compañía o la ayuda necesaria, y se están desarrollando robots de ayuda que facilitan las labores diarias. Aunque la mayoría son «máquinas listas» para ayudar en el movimiento y desplazamiento, hay otras, como el robot Chapit (un peluche que parece sacado de Pokemon), capaz de entender unas 500 palabras, y planteado como una compañía conversacional.

Incluso hay otro, el «Lovot», que puede moverse de manera autónoma, siguiéndote por tu casa y dándote conversación y «mucho amor» (de ahí su nombre). El Lovot lleva complementos textiles, y es altamente personalizable.

También hay toda una familia de robots de ayuda en hospitales y centros públicos, apenas Roombas con un muñeco pegado encima que incluye una cámara web y, quizá, una pantalla. Pero esos dispositivos se están extendiendo a todos los entornos, y la población nipona ya está acostumbrada a ellos. ¿Para cuándo su implementación en Europa?
Por supuesto, en el otro extremo tenemos los robots humanoides de los que ya hablé en un post anterior, más cercanos a las propuestas de la ciencia-ficción tradicional.
Pero, si tienes prisa, tiendas como Amazon ya están comenzando a ofrecer diferentes productos robóticos, a la espera de que Tesla ofrezca el suyo propio.
Si alguna vez te has planteado crear un mega-almacén como los automatizados que puedes ver en muchos vídeos de Internet, Amazon ya te ofrece este tipo de robot omnidireccional, con capacidad de carga de hasta 70 kg. Eso sí, la versión más grande es cara: más de dos mil euros. Así que si tienes pensado convertirte en un villano de película, tendrás que hacer una buena inversión inicial.
También hay brazos robóticos avanzados (como el incluido en mi primera novela, «Resurrección«), como dispositivos para aprender a programar y aplicar en cualquier campo que se te ocurra. Y, si eres hábil con la tecnología (algo indispensable si quieres ser un villano recordado, o el nuevo Ironman), puedes intentar combinarlos para crear tu propio monstruo cibernético.
Incluso tienes versiones de «perro robótico» (eso sí, más sencillas de las propuestas de empresas como Boston Robotics), de nuevo como equipos de aprendizaje o de preparación para lo que nos viene. Si tienes tiempo y dinero, puedes llegar a crear tu ecosistema robótico, y convertirte en el próximo J.F. Sebastian.
Por mi parte… creo que voy a esperar un poco. Creo que no me gustaría un asistente humanoide «hoy». No beben cerveza y serían una compañía aburrida cocinando. Eso sí, si pueden limpiar la casa y planchar… quizá me lo piense. Y también habrá que ver cómo envejezco. Creo que me voy a pasear un poco, y tú deberías hacer lo mismo.