Como sabrás, me baso en artículos y noticias de ciencia y tecnología para afinar las tramas de mis novelas, dándoles un toque más realista y científico. Quiero pensar que es un apartado que les gusta a mis lectores, que ven en mis libros algo diferente.
Por supuesto, esto supone un riesgo a la hora de proponer cómo será la tecnología dentro de unas décadas, o un par de siglos. De hecho, ya he tenido algún error en mis propuestas, lo que ha producido ciertos anacronismos graciosos en las dos primeras novelas – pero que no corregiré, precisamente, por serlo.
Otra cosa es que acierte en mis predicciones. Por ahora, y tal y como has podido leer en algunos posts de opinión en esta web, son cosas relativamente lógicas, como los asistentes virtuales, los coches voladores y temas así: Tarde o temprano llegarán a ser reales.
Pero hoy me he encontrado con un artículo que me ha dejado helado. Bueno, no era un artículo, en realidad. Era un anuncio en Facebook, disfrazado de publicación de página seria de astronomía. En él, se sugería (el click-bait) que se habían recibido señales de radio inteligentes desde Europa, una de las lunas galileanas de Júpiter.
Pues bien, aquí tienes la contraportada de mi cuarta novela («Revelación«, 2021), lado a lado con ese artículo:
Como puedes ver, el inicio de la sinopsis de mi novela, publicada en julio de 2021, dice así:
«El cambio al Siglo XXII sorprende a la Humanidad con unos mensajes de radio de origen desconocido.
La Tierra se deberá unir a las colonias independientes de Lunasia y Marte para enviar una misión científica a Europa, la segunda luna galileana de Júpiter…»
El click-bait de Facebook (he difuminado el enlace en la noticia, para no molestarte) indicaba que los mensajes recibidos no parecían naturales, e incluían patrones matemáticos y secuencias geométricas… Sugiriendo la posibilidad de que hubiese otra vida inteligente en el Universo.
¿Acerté con mi propuesta? Solo el tiempo lo dirá.
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