Esta Saga Ciborg ha ido surgiendo, con una planificación muy relajada, a lo largo de siete años.
Cada nueva novela con la intención de añadir nuevos temas y tramas, la mayoría sacados de la ciencia ficción del Siglo pasado, de la que soy un fan incondicional.
Y cada nueva novela me encontró en una situación personal diferente… Pero eso es otra historia, que te contaré más adelante.
Mientras que en la primera novela, «Resurrección», quizá fui hasta un extremo «duro», hablando de medicina y neurología, y de chips de interfaz neuronal (tan de moda ahora con la propuesta «Neuralink» de Elon Musk), en la segunda, «Revolución», intenté tomar un tono algo más ligero, pero con una cuestión que comenzó a preocuparme, en 2018, antes del actual surgimiento de las Inteligencias Artificiales: el de una posible esclavitud de seres humanos «instalados» en cuerpos robóticos especiales.

Ese mismo argumento lo desarrollé en la tercera novela, «Rebelión», ya con otros personajes y tras otro salto temporal. En 2019 Marte se puso «de moda» y muchos autores (independientes y consagrados) nos vimos casi obligados a publicar contenidos con el Planeta Rojo como escenario. El salto temporal que introduje me permitió comenzar a proponer tecnologías que hoy no existen y cuerpos robóticos no humanoides, con la salvedad de que las cabezas podían «recuperar» sus cuerpos originales tras la jornada de trabajo.
En ese mismo momento, al incluir por fin los viajes espaciales, consideré que mis tres historias independientes podían cerrar ese círculo literario en mi vida, para pasar a otra cosa. En 2020 publiqué mi «Ciborg – Trilogía 1«, como cierre de esta etapa, ya trabajando con el colectivo de autores KMleon Books.
Pero ya habrás notado que la historia no se acabó allí. Una vez que todo el mundo asumió que el Hombre viajaría a Marte en enormes cohetes plateados, el siguiente paso sería cruzar el cinturón de asteroides para llegar a Júpiter y sus lunas galileanas. En este caso, en «Revelación», la excusa que acelera la carrera espacial de la Humanidad es un extraño mensaje de radio recibido desde Europa, donde no hay presencia humana.
Pero «Revelación» no solo incluyó el primer posible contacto con otra civilización extraterrestre: También introdujo algunas Inteligencias Artificiales, tan desarrolladas como para poder sustituir a los seres humanos (completos y ciborgs) en algunas tareas, y la idea del entrelazamiento cuántico como herramienta para tener comunicaciones prácticamente instantáneas.
La quinta y última novela, «Reprobación», extendió, por fin, la trama del contacto con una especie alienígena. Con varias, en realidad. Ahora, el escenario es una estrella cercana, una vez que se ha conseguido la tecnología necesaria para dar ese salto. Por motivos prácticos, ya no hay seres humanos en la nave, y son dos IAs con cuerpo humanoide las responsables de representar a la Humanidad frente a esos desconocidos. El Hombre, de nuevo, vuelve a quedar relegado en un rincón, perdiendo un escalón más en su pedestal creacionista.