IMPORTANTE: Este post incluye información sobre el libro «Revelación». Si no lo has leído todavía, quizá quieras dejarlo pasar… De lo contrario, te vas a encontrar con algunos «spoilers». Estás avisado/a.
Uno de los puntos que quise explorar en la escritura de mi cuarta novela, «Revelación«, fue el del alcance real de la Humanidad en nuestro Sistema Solar. Claramente, el envío de sondas lleva en marcha desde hace muchas décadas. Cada nuevo envío incluye equipos de medición más precisos, y estamos consiguiendo datos e imágenes más increíbles cada vez.
En 2021 se volvió a hablar de Júpiter en medios generales (y no solo en los científicos o tecnológicos), ya que la sonda Juno realizó algunas pasadas en torno a Ganímedes, una de las lunas galileanas del gigante gaseoso. Para 2022 se esperaba que hiciese lo propio con Europa, otra de estas grandes lunas visibles (con el equipo adecuado) desde la Tierra.
Así, 2022 se convirtió en mi objetivo personal para la publicación de esa cuarta novela, cuya trama sucedía principalmente en Europa. El hilo conductor fue qué sucedería si una sonda (humana o no…) cayese por accidente en esa luna, y comenzase a enviar mensajes extraños hacia la Tierra.
Datos reales…
Por esas fechas, la sonda Voyager I salió de la Heliosfera, o esfera de influencia del Sol en el espacio. Esta esfera está algo más allá de la órbita de Plutón, y presenta un límite «físico» con una tenue capa de partículas, que podrían estar cargadas eléctricamente.
Pues bien, el comportamiento de la sonda más allá de este límite no podía predecirse. De hecho, la sonda se diseñó para durar mucho menos de lo que lo ha hecho hasta hoy. Pero su pila atómica sigue teniendo energía, y mientras no suceda nada extraño seguirá enviando datos, aunque quizá a un ritmo menor y con una potencia de señal apenas perceptible desde la Tierra. Y otro dato curioso: ya en mayo de 2021 la sonda reportó que estaba detectando señales de radio de baja frecuencia como «fondo» en sus mediciones.
Juntando toda esta información, y añadiendo algo de mi parte, en mi novela (AVISO DE SPOILER), «algo» desvía la trayectoria de la sonda Voyager y la devuelve con daños menores en una trayectoria hacia el interior de la Heliosfera. La sonda permanece en silencio hasta que cae sobre la Superficie de Europa, momento en el que vuelve a emitir señales, ahora ininteligibles. Esas señales, que se interpretan como un posible mensaje alienígena, serán las que inicien la expedición a Europa que supone la trama principal de la novela.

¿Sabes una cosa? En 2023 la sonda Voyager realmente dejó de enviar información. Puedes encontrar más datos en Internet. Después de mucho trabajo (y tiempos de espera, ya que los comandos enviados desde la Tierra tardaban algunas horas en llegar a la sonda) se consiguió que volviese a enviar información. Por un tiempo, pensé que la trama de mi novela era algo real, y que no se conseguiría volver a contactar con la Voyager hasta que cayese en alguna roca helada…
Obviamente, la Heliosfera es MUY grande. Si algo raro había sucedido alrededor de 2021 – 2023, la sonda tardaría todavía muchos años en llegar de vuelta a Júpiter. Por eso la trama de «Revelación» sucede a finales del Siglo XXI (quizá me pasé aquí con las fechas).
Eres un visionario, aquí se demuestra